Publicado el 26 de sept. de 2013
Jugar es un derecho, y promoverlo durante la niñez ayuda al desarrollo de la motricidad, de la atención y concentración, así como a socializar con el entorno, aprender vocabulario y reglas, entre otros beneficios que aportan a un crecimiento sano de los niños y niñas. Asimismo, es un elemento fundamental para aprender el respeto de las normas, leyes y la convivencia social.
Por todo ello, el juego fortalece el organismo y evita las enfermedades, prepara a los niños y niñas desde temprana edad para su futuro aprendizaje, reduce los síntomas del estrés y la depresión, mejora la autoestima, previene el consumo de drogas y reduce la delincuencia.
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